Os dejamos en esta sección este texto impresionante de Sergio Rojas, bajista de Alendra, inspirado en una estrofa de La sonrisa del dolor.
Nacho Mora
La sonrisa del dolor
“Nadie te dijo nunca
que el tiempo no cura
las cicatrices,
ni las heridas del alma”.
El tiempo solo es el refugio de nuestros corazones, las cicatrices permanecen ahí para hacernos mejores y conscientes del frío, de la humedad y de estos pasos que a veces andamos desde el desconcierto o desde la desolación.
Pero las cicatrices nos hacen mejores porque permiten mirarnos a los ojos desde el refugio del tiempo, desde ese pequeño espacio de candidez, desde el hogar y el abrigo de las palabras en la noche.
Porque todo esto el tiempo no tiene la capacidad de curar. Afortunadamente estamos heridos para buscar nuestra propia libertad, nuestro propio espacio de felicidad. Aquel que atesoramos como algo primigenio e inocente, casi infantil.
Porque nacimos desnudos y debemos marchar desnudos. Desnudos por haber vivido, perdonado, soñado, celebrado y amado en común unión con nosotros mismos y con los demás.
Ya desde ahí solo cabe asumir el dolor como la parte más elemental de nuestra alma y andar el camino con una sonrisa amplia y contagiosa que nos remueva por dentro como personas únicas y especiales que buscan la luz y la esperanza.