Volver a mi (canción de Danieldoce)

Volver a mí, canción de Danieldoce

Alguien viene de muy lejos. Llega con las manos y los ojos como quien ha conocido el desasosiego del invento fabuloso que es vivir. ¿Cuántas máscaras me he puesto en ese camino? ¡Y tantas veces, muchas veces acusando a los otros y al mundo! Cada vez que me ponía una máscara menos consciente era de su nombre. No quiero máscara aunque eso suponga que veas las brechas y las cicatrices. Yo no soy el que te dije desde mi máxima sinceridad, por eso soy también el otro, el que te dije mintiéndote alguna vez que eras tú.

La escritura/la poesía nos enseñaba el maestro Juan Carlos Rodríguez es una manera fabulosa, no exenta de dolor, de creatividad, emoción y de técnica, para construir nuestro propio yo. La voz que late y acierta a decirse en esta canción está desdoblada; de un lado, ese alguien, extraño y nuevo para sí, que busca no se sabe muy dónde, y de otro lado, ese alguien que quiere aprender a ser ´su otro´ que no es. Y ese desdoblamiento extraordinario no nos deja ni un solo momento a lo largo de la letra de esta hermosa canción: ese ha sido para mí el primer aprendizaje: como un espejo (me) he mirado la brecha que nos constituye a todos y a todas, el hueco donde se agazapan la acción y la contemplación. Honrar a las dos, es el café que me invita a tomarme Volver a mí.

Somos hijos de los hijos de la contradicción porque una piel puede ocultar a un yo que, sin embargo, adquiere su forma en un reflejo. Para el autor de esta canción no es ajeno que somos uñas, carne, deseo, percepción y también huesos, porque se nos quiebran por dentro cada vez que nace algo nuevo. En medio de los derribos y la zafra, el desbroce que, al abrir mi cofre del alma, hacen las manos amorosas de un personaje, que pertenece a toda la gente pero que nos cuesta trabajo dejar que viva y cante y trabaje: las manos de ´mi Geppetto´ (su dedicación entrañable con una lamparilla para ver el sístole y la diástole que están ocultos al fondo, olvidados, de mi estancia), que me labran desde mi imaginación y mis mejores sueños. Escribía el imprescindible Ángel González que: “Para vivir un año es necesario / morirse muchas veces mucho”.

Porque siempre hay alguien que nos está esperando, como un mes de septiembre ordenado y limpio, pone en la mesa de los escolares los lápices y los uniformes, y mezcla los deseos de los más dotados con las necesidades de los que más lo precisan; porque hay un sentimiento, relativamente razonable, de que en la casa de mi hospedaje se ha puesto el pan, y la alegría de los comensales mezclará sus sueños, y también sus desdichas, con el olor humeante de la risa, de las canciones que educan el pálpito para los sueños irrenunciables; porque así me guía y me protege Volver a mí. Imagino que desamparamos ese yo ´otro´ más genuino, oculto tanto tiempo, por el acomodo que cada día tenemos que hacer con la vida, por los pagos a plazos de nuestros miedos y lo difícil del otro lado de los espejos sociales, laborales, personales, etcétera.

Esto te recuerdo. El contrato con la complacencia de los gestos sociales sobrevalorados, la amargura de unos dedos al descubrir que no paraban de ir de un sitio a otro para ser queridos, y unos ojos que no cesaron de mirar la vida, mas sin mirar la brecha con los ojos interiores: éstos, y los exteriores son los mismos ojos, es verdad, pero hay una brecha y entonces también son dos: la parte que mira hacia fuera y la que desde dentro enloquece en la oscuridad y en las voces de la noche oscura: las dos están en gran medida ciegas. Esto me recuerdo.

Estamos cansados, como dice el protagonista de esta hermosa canción. Nuestro día a día nos consume, a nosotros que somos enseñados a consumir, porque la relación de opuestos más o menos equilibrados, (que quizá la vivimos en el inconsciente como utopía hace un par de décadas), se ha invertido. Estamos cansados y muchas veces hastiados porque no es fácil vernos impregnados en cada gesto, de porvenir en el presente: proyectos, iremos, esta semana… ¡Y yo que llevo tanto tiempo esperándome en la abertura de la desatención!

Instalados en la incertidumbre de un momento que promete ser definitivamente nuestro, y que no es sino una quimera que zozobra en nuestro escaso compromiso. Una quimera hecha de prisas que escancia el rizoma del cansancio como eterno retorno; como un becerro de oro en el altar de la imagen de la felicidad a costa de lo que sea, de ella misma y de uno mismo.

Para hoy me elijo la incertidumbre de esta canción, que es una lumbre humilde con dos sillas enfrente para sentarme con un vaso de vino, un amigo y una conversación que me aliente a vivir con autenticidad y muriéndonos muchas veces mucho.

Danieldoce, gracias por tus canciones, y hoy especialmente por esta canción que me ha concedido la oportunidad de unas palabras que me acerquen un poco de calor, como ´un braserillo´ para el alma que decía Santa Teresa de Jesús, entre los más míos y yo. Y mi deseo de un mundo en el que quepamos todos.

Geppetto necesitaba esta canción para darnos vida.

Volver a mí

Quiero aprender a entender lo que busco
¿acaso está oculto dentro de mi piel?
Si mi reflejo parece distinto,
es porque intento volver a ser yo.
Día tras día me duelen los huesos,
y es porque intento crecer y creer.
Siento romperme por dentro y presiento,
que hay algo nuevo que quiere nacer,
que es algo bueno que quiere nacer.

Ser uno mismo, no hay tarea más difícil y a la vez más fácil,
que corran otros hacia ninguna parte, porque yo ya me cansé y quiero…

Volver a mí, a lo que fui
y huir de lo que este mundo de mi espera.
Volver a mí y ser feliz como el niño que yo fuera,
que soñara con cometas
y cantara para una sonrisa conseguir.

Voy a quitarme este disfraz extraño que de serie nos pone nuestra sociedad.
En busca de mi sueño en este día me embarco,
la vida se pasa y ya no vuelve más.
Quiero cantar al amor y a la vida,
amar a la vida sin miedo al desengaño.
Te invito a que tomes un café contigo
Y descubras que llevas largo tiempo esperándote…

Y que vuelvas a ti
y huir de lo que este mundo de ti espera.
Volver a ti y ser feliz como el niño que tú fueras.
Volver a mi (3 bis)
como el niño que yo fuera, que soñara con cometas
y cantara para tu sonrisa conseguir.

Letra y música: Danieldoce

5/5

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